Solo las familias que han atravesado por la terrible enfermedad de cáncer saben las necesidades y vicisitudes qué pasan en los hospitales y clínicas, y peor aun cuando son de lugares tan apartados como lo es nuestra región, la enfermedad de Cáncer no es de un paciente, un paciente es igual a una familia completa que se enferma y sufre en carne viva el proceso de tratamiento de esta despiadada enfermedad.

Cuando apenas tenías 7 años mi papá se enfermó de cáncer en los pulmones, quizás para ese tiempo no tenía la capacidad de discernimiento para sentir todo el sufrimiento por el que atravesaba mi familia, luchando por la salud de mi padre que finalmente murió a causa del Cáncer, 26 años más tarde el Cáncer volvió a tocar la puerta y aunque no resistimos al abrirle cómo quiera entró, y se le alojó en la garganta a mi padrastro y padre de mi hermana, pero a diferencia de antes yo tenía 32 años de edad y tuve que vivir todo ese sufrimiento que nos causó.

Empezamos en clínicas privadas a tratarle el Cáncer a mi padrastro con la finalidad de tener un mejor servicio y así mejores resultados ya que los médicos entendían que no era tan maligno y que con la atenciones adecuadas podíamos ganarle la guerra a una enfermedad que no respeta la reglas del juego, que es desleal y tramposa, que cuando lo ataca en el lugar que está alojado va haciendo su daño en otra parte del cuerpo de manera silente y despiadada, de la clínica pasamos al Oncológico, porque ya se no agotaron los recursos, los viajes hacia Santo Domingo son incontables ya que era el lugar más cercano que teníamos para tratar su enfermedad, mi madre tuvo que amanecer en los bancos del hospital a dormir para poder tomar un turno temprano, eso sin contar todas la veces que tuvimos que madrugar para estar temprano en la cita y finalmente enterrarlo porque perdimos la batalla nuevamente frente al cáncer .

Hago esta historia para crear conciencia con referencia al planteamiento del doctor y diputado Moisés Ayala, usted es la persona altamente calificada para hablar sobre este tema, usted más que nadie sabe el dolor que vive cada familia y lo difícil que le resulta trasladarse hacia Santo Domingo una familia que viva en Pedernales, Independiente, Bahoruco o Barahona, eso sin hablar de los innumerables aportes económicos que ha hecho a tantas familias, antes y después de ser diputado, porque sí hay algo que lo define como persona es su gran corazón solidario .

Hoy en Barahona se habla de un Hospital Oncólogo algo impensable para la región gracias a usted, y eso es lo que se debe resaltar, que sea en el hotel Guarocuya o en otro lugar, poco importa, lo más importante de esta declaraciones es que irá dirigiendo a una región que tanto lo necesita. Los aportes que generaría serían mayores a las críticas que surgieron cuando fue entregado a precio de vaca muerta, el dolor y el sufrimiento que produce la enfermedad es mayor que el goce, confort y el disfrute que ofrece un hotel.

El interés del legislador Moisés Ayala responde verdaderamente al interés de lo más necesitados, a esa clase desprotegida que carece de recursos para enfrentar una terrible y costosa enfermedad llamada Cáncer.

Por: Jorge Mercedes - Abogado